23/10/07

Obsesionados por la seguridad

Una amiga –Begoña Floría, regidora del Ajuntament de Tarragona, para más señas- me comenta entre sorprendida y enrabiada lo que le ha pasado hace unos días a Rita, una íntima amiga suya.

Rita, hace unas semanas se casó con Martí, hasta ahí todo bien, la ceremonia emotiva y la fiesta divertida. Al día siguiente emprenden rumbo a lo que pensaban sería su viaje de novios… pero al llegar al aeropuerto JFK de Nueva York, y después de cuatro horas de espera e interrogatorios por policías y miembros del FBI, es deportada a España. La causa todavía no sabe cuál es. En el informe que le entregaron consta la conclusión: “Has sido encontrado inadmisible para entrar en los EUA por el motivo” y en el motivo está escrito un código indescifrable, que nadie ha sabido decirle qué significa –ni allí en el aeropuerto ni aquí ningún policía ni cuerpo de seguridad-.

Imagino la impotencia, rabia y desesperación de Rita y su marido en el viaje de vuelta, pero que se ha agravado cuando han querido buscar ayuda aquí –consulado americano, Departament de Justícia, Síndic de Greuges,…-, porque la respuesta ha sido un lacónico: “No podemos hacer nada…”. Ellos se han quedado sin luna de miel, sin el dinero –el seguro no cubre este tipo de incidentes-, con un expediente abierto en EUA y con un sensación de pesadilla terrible pero en el mundo de los despiertos. Y todo, porque el gobierno americano está obsesionado por la seguridad porque tiene miedo del resto del mundo, incluso de una pareja de novios que van a pasar unos días a Nueva York; pero lo peor es que los gobiernos del resto del mundo se lo permiten.

Rita lo explica en el diario Avui.

Artículo de este mes en el periódico La Voz de Castelldefels

4 comentarios:

civisliberum dijo...

El de esta chica de Salou ha sido un error burocratico, al igual que hay muchos y la obsesión de la seguridad es real y necesaria.
Conozco una persona que hace años tenia un parecido extraodinario con un importante etarra, fué detenido varias veces, en la estación de Sans, mientras esperaba para ir a Sabadell y en otros sitios. Incluso una vez al hablar en el furgon policial en catalan, además de recibir algunos golpes, los policias se mofaban de el (siendo una prueba de que no era quien ellos decian). Al fin, el Comisario Jefe de BCN le hizo una carta para que en caso de nueva detención llamasen a un telefono para aclarar el asunto.
Su parecido le costo años de de detenciones.

Àlex S. S. dijo...

Un error burocrático... Bueno... Yo más bien diría que es la consecuencia de una mala solución ante problemas (eso sí) muy complejos.
EEUU ha renunciado (los ciudadanos, que por descontado son los que le dan sentido a un estado)en gran medida a muchas de sus libertades en busca, en principio, de una mayor seguridad. Pero el recorte de libertades de una mayoría supone el aumento de privilegios y prerrogativas de una minoría que "en pro de la seguridad" actúan sin cortapisas. Cuando ese poder se le concede a un cualquiera mequetrefe -en este caso a un "policía de aeropuertos"- que no deja de ser una persona más, la sensación de poder y el convencimiento de que su conducta se respalda en el bienestar común les hace (a unos cuantos y en ocasiones) dejar de tener los pies en el suelo y "permitirse ciertas libertades carentes de base fundada".
Vamos, que los yankis enviaron a la niña a casa y punto, que para eso gobiernan este mundo amenazado por los terroristas.

Carme Sànchez Martín dijo...

Civisliberum, no estoy de acuerdo en lo de "error burocrático" y de que sea "necesario"... es excesivo e injusto. Y no sólo lo digo yo sino que lo he oído -o leído- en boca de personas que me merecen respeto.

Yo también tuve una sensación muy desagradable y extraña en mi único viaje a USA, que me vino a la mente al conocer el caso de Rita: a finales de los noventa tardé mucho en que la funcionaria que revisa los pasaportes me dejara pasar, supongo que tengo un nombre y unos apellidos muy "corrientes" y tuvo que descartar que no fuera "otra más que yo misma" (parece el inicio de un cuento de Juan José Millàs..., y a veces con mi marido hemos comentado que quizás ahora me pondrían más pegas...

Anónimo dijo...

Hola. La pena es que por razones profesionales puede ser necesario ir a los "estados juntitos" y nunca sabrás si al llegar te deportan o te dejan pasar. Se merecerían que a sus ciudadanos les hicieramos lo mismo cuando vienen aquí. Les preparamos un cuestionario tan rocambolesco como el suyo y al que no responda bien lo devolvemos a la tierra de Bush.